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🚩🚩🚩 COMUNICADO 🚩🚩🚩
— Delegación del Gobierno en Madrid (@DGobiernoMadrid) March 4, 2021
La @DGobiernoMadrid ha decidido, tras estudiar todas las propuestas de convocatorias de manifestaciones y concentraciones, prohibir todas las que han sido comunicadas a la @DGobiernoMadrid para el domingo 7 y lunes #8Marzo en la #ComunidaddeMadrid pic.twitter.com/fL7yM45sHu
Miedo
Parece que el realismo patriarcal se ha acabado imponiendo.
Sin embargo, hay que hacer de tripas corazón para quemar el miedo.
Aquí y ahora, año 2021, y ante quienes quieren aprovechar las medidas excepcionales de un estado de alarma para anudar las formas de disciplinamiento y criminalizar las manifestaciones que defienden la libertad de expresión#8M2021https://t.co/TqjvveRbY5
— Violeta Assiego (@Vissibles) March 4, 2021
Además del texto destacado, transcribo de dicho artículo:
Aquí y ahora, año 2021, y ante quienes quieren aprovechar las medidas excepcionales de un estado de alarma para anudar las formas de disciplinamiento a las desobediencias, para criminalizar las manifestaciones que defienden la libertad de expresión, para apropiarse de victimarios que no son suyos, para bloquear los derechos humanos con pines y artimañas o para borrar los murales y rastros de la lucha de los feminismos en los barrios, las periferias y los espacios comunitarios... Violeta Assiego
Pero, ¿cómo hacer algo cuando el patriarcado se impone continuamente?
A falta de mejor expresión, no se me ocurre otra que el posmodernismo popular.
En otro mundo -el mundo que Stuart Hall intentó teorizar e instigar- el deseo de consumo y la conciencia de clase no solo podían ser reconciliados, sino que incluso se requerían uno al otro. El significado político de la creatividad de la clase trabajadora en la música popular la fue que nos brindó atisbos y muestras vívidas de este otro mundo, un mundo que, por medio de estos anticipos y ensayos, al menos se entrecruzaba con el nuestro, o se volvía nuestro, intermitentemente pero insistentemente. Manfred Vargas
Redactoras
Actualmente, hay tres redactoras* en este blog. Quizá el primer miedo que haya que quemar es el de la discrepancia. Obviamente cada una de nosotras piensa y escribe de forma distinta. ¿Puede significar eso que este blog no tiene una línea editorial?
Paradójicamente, la igualdad conlleva la diversidad. Cada cual se puede expresar como estime oportuno siempre que se haga responsable de sus textos.
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* Este blog utiliza el femenino como genérico.
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